Con los pies puestos en el corazón de la tragedia, desde el desolado Haití, la vicepresidenta primera del Gobierno de España, Maria Teresa Fernández de la Vega, ha dicho: " No le vamos a fallar al pueblo haitiano". Ha sacado fuerzas de flaqueza y desde algún lugar valiente, con voz entrecortada y casi ahogada por una tristeza profunda, ha pronunciado estas palabras claras y decididas.
Un mensaje que habla de ayuda, apoyo, solidaridad, esperanza, hermanamiento.
Una idea fuerza que nos debe mover a todos cuando la tragedia se nos instala en el alma. Porque ayudar, en la manera en que podamos, es sumar esperanza, sumar esperanza en esos rotundos momentos en que ésta, no es lo último que se pierde, sino lo único que se tiene.
Los ojos del niño rescatado por un bombero español, me son de una elocuencia imposible, inimaginable en un pequeño de dos años.
Foto publicada en El País.
Sobrevivir a 52 horas atrapado en las entrañas del infierno, traspone su mirada en adulta. Mirada de frente que nos impone un mensaje también valiente, rotundo y decidido: No le podemos fallar a la vida, es la única certeza, la esperanza que nos queda.
La ayuda, el hermanamiento, la solidaridad... son la única idea fuerza cuando quién habla es la tragedia.
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